Las vacaciones han terminado. Atrás ha quedado un cálido verano donde se han cumplido nuestros proyectos: viajes, playas, paisajes, familia…
Alguna mala noticia también ha habido. No, no estamos todos. Falta Joaqui. Nos dejó como ella solía hacer todo: con discreción, en silencio. Cuando muchos no estábamos por aquí. Algunos debimos despedirla desde la distancia. Una vez aquí creo que se nota el vacío que ella ha dejado.
Es verdad que llevaba luchando un tiempo, pero nos quedaban siempre esperanzas de verla de nuevo entre nosotros con su grupo de alumnos en clase, por los pasillos en perfecta fila, calladitos, formales. Tuviera el grupo que tuviera siempre así. ¡Que levante la mano quien la oyera gritar alguna vez! Transmitía sosiego y tranquilidad. Siempre ocupada, siempre trabajando, siempre dispuesta a ayudar.
¡Hay cosas que deberían estar prohibidas!
Sólo una cosa más: Era la maestra que todos quisiéramos para nuestro hijo.
Hasta siempre Joaqui.
