Mónica


Te fui a ver recordando a la niña de 10 años que corría alegre por el patio, aquella que lo pasó de maravilla en las colonias en Espejo, aquella que, junto con sus compañeros de clase me regalaba cada día su sonrisa, su saber estar, sus travesuras, su niñez en suma.

Te encontré muerta, rodeada de mucha gente que te quería, que te quiere, porque el cariño hacia ti siempre estará en nuestros recuerdos.

Hoy te veo reflejada en mis actuales alumnas y pienso en todo lo que has sufrido para acabar en la más hermosa juventud allí tendida, sin vida.

De nuevo pienso que NO HAY DERECHO que, como me dice tu madre “te has pasado la vida preparándote”. Toda tu futura vida estaba planeada y bien planeada. La Felicidad te apuntaba directa a los ojos y tú has tenido que desviar la mirada.

Hoy nos estarás viendo desde algún lugar que ha de ser hermoso, porque nada diferente puede ser para ti.

Mañana volveré a Zubeldia y miraré a mis alumnas de igual edad a la que tenías cuando estuviste conmigo y pediré con todas mis fuerzas: NUNCA MAS, que no vuelva a ocurrir nunca más.  

Hasta siempre Mónica.

Ángel